Groenlandia y el Ártico en la geopolítica de los Estados Unidos

Las declaraciones de Donald Trump, con relación a la posible adquisición —e incluso uso de la fuerza— de Groenlandia para los Estados Unidos, llamaron la atención y pusieron en alerta a varios de sus aliados y socios europeos, desde luego principalmente a los daneses.

GEOPOLÍTICA24 de enero de 2025Lic. Andrés BerazateguiLic. Andrés Berazategui
896013b2-5285-448c-825b-d98e5dd34341

Por Lic. Andrés Berazategui *

 Las declaraciones de Donald Trump, con relación a la posible adquisición —e incluso uso de la fuerza— de Groenlandia para los Estados Unidos, llamaron la atención y pusieron en alerta a varios de sus aliados y socios europeos, desde luego principalmente a los daneses. Sin embargo, a diferencia de otras proclamaciones del verborrágico presidente electo, estas no merecieron ni el repudio ni la censura de parte del establishment político y mediático estadounidense.

Con seguridad, Trump puso en palabras públicas lo que es un secreto a voces dentro de los formuladores de la política exterior de Washington. Razones hay de sobra para pensar eso, ya que la competencia entre potencias se hace cada vez más evidente y es de esperar entonces que no haya espacio del mundo que quede sin competir, y más cuando se trata de espacios compartidos como los polos. Además hablamos del Ártico, que es el polo que más cerca se halla de dos de los tres Estados que polarizan el sistema internacional, Estados Unidos y Rusia (el tercero, obviamente, es la República Popular China).

Téngase en cuenta, además, algo que no alcanzó demasiado los titulares mediáticos, pero ocurrió en septiembre pasado: Rusia y China llevaron a cabo un ejercicio militar conjunto en el Ártico y el Pacífico con el nombre de Ocean-24. Se trató de una auténtica convergencia entre potencias, la primera entre Rusia y China en el océano Ártico, y a todas luces resultó de gran magnitud: en el ejercicio participaron más de 400 buques de guerra, submarinos y buques de apoyo; más de 120 aviones y 90.000 soldados. Como si fuera poco, y casi al mismo tiempo, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) de los Estados Unidos rastreó cuatro aviones militares rusos que ingresaron a la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska. 

En este contexto, se entiende que Trump no haya siquiera esperado a asumir la presidencia para decir algo al respecto. Incluso un representante que suena como próximo asesor en seguridad nacional de su gabinete, Mike Waltz, salió públicamente a defender las declaraciones de Trump: “Tienes a Rusia que está tratando de convertirse en el rey del Ártico con más de 60 rompehielos, algunos de ellos nucleares”, alertó. Y luego comparó: “Nosotros tenemos dos, y uno acaba de incendiarse” (…) “Hablamos de minerales críticos, de recursos naturales. A medida que retroceden los casquetes polares, los chinos están fabricando rompehielos y avanzando hacia arriba. Se trata del petróleo y el gas. Se trata de nuestra seguridad nacional”. Cabe aclarar que China, en su libro blanco de la defensa de 2018, se declaró a sí misma “Estado casi ártico”.

Durante el gobierno de Biden también se alertó sobre los intereses norteamericanos en el Ártico. En julio de 2023 se llevó a cabo una audiencia ante la Cámara de Representantes, y la académica Esther Brimmer, del influyente Council on Foreign Relations, dio una declaración donde destacó la importancia de los intereses norteamericanos en la región. Dijo que el Ártico estaba cruzado por tres cuestiones estratégicas: la geopolítica cambiante, el cambio climático y las vastas implicancias de la intervención rusa en Ucrania.

Con relación a la geopolítica cambiante, la nueva distribución de poder en un mundo multipolar y la vuelta de la competencia entre potencias revalorizan el territorio y los asuntos concernientes a recursos, seguridad y movilidad. El Ártico, en el mundo abierto que postulan los Estados Unidos, adquiere entonces otra relevancia para la competencia estratégica, ya que  estos buscan reajustar los intereses vinculados con la protección de las costas, las vías navegables y la gestión de recursos.

Como nos recuerda James Stavridis, excomandante supremo aliado de la OTAN y autor de Sea Power: The History and Geopolitics of the World's Oceans, un verdadero manual de geopolítica del poder marítimo, la isla danesa forma parte fundamental de la brecha “Groenlandia-Islandia-Reino Unido, que protege los accesos septentrionales al Océano Atlántico de las fuerzas navales rusas”. Téngase en cuenta, además, que en la isla hay radares de alerta temprana, claves para las defensas aéreas y marítimas de la OTAN y Estados Unidos.

Por su parte, el cambio climático derrite hielo modificando el clima, influye en los pueblos que viven de sus riquezas y sobre todo abre potencialmente nuevas rutas para la navegación. La posibilidad de acceder a recursos, con un Ártico más accesible por el deshielo, también se acrecienta. Esto se vuelve particularmente sensible con relación a las tierras raras que, se asegura, allí se encuentran, y son fundamentales para varias de las nuevas tecnologías, entre las que se destacan aquellas vinculadas al ámbito de la defensa. ¿Y quién es el principal propietario mundial de tierras raras? Nada menos que China…

En cuanto a las reclamaciones sobre el océano Ártico, los Estados Unidos están en desventaja: Norteamérica no forma parte de la Convención de los Derechos del Mar, que es el marco jurídico en el que los países reclaman derechos, siendo que Washington tiene reclamos para ampliar su Zona Económica Exclusiva. 

En un sistema multipolar, donde la nueva distribución de poder nos muestra un mundo con unos Estados Unidos lejos de ser la potencia hegemónica global, es lógico que, como parte de la vuelta de la competencia entre potencias, Trump quiera tomar la iniciativa con respecto a los espacios compartidos, en disputa o con amenazas. 

En el Ártico ahora la OTAN cuenta con dos miembros más, Suecia y Finlandia, lo que equilibra un poco, a nivel territorial, la enorme costa de Rusia en la región. Sin embargo, no parece la decisión más acertada, de parte de Trump, desafiar a un miembro de la alianza como Dinamarca para lograr sus objetivos. Ahora bien, ¿qué tiene Dinamarca para negarse, además de sus reclamos?

*Licenciado en Relaciones Internacionales, Analista Geopolítico, Ensayista

 

Te puede interesar
image-trump-holds-46961914-202501161_46980787_20250119091407

Asume Donald Trump: ¿Y entonces?

GEOPOLÍTICA19 de enero de 2025

“Catástrofe humana”, dicen unos. “Viva la libertad, carajo”, exclaman otros. No se puede entender cómo todavía en nuestro país se forman “Boca-River”, mirando un partido de hockey.

FOTO 1 GEOPOLÍTICA

Eurasia como principal tablero de la geopolítica mundial

Lic. Andrés Berazategui
GEOPOLÍTICA07 de noviembre de 2024

Eurasia sigue siendo el principal tablero de juego para dirimir la lucha por la supremacía mundial. Esto queda cada vez más en evidencia cuando se observan las luchas, frías o calientes, que se están llevando a cabo en su territorio.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email