La mirada de Gustavo Córdoba, consultor y analista político: ¿Cómo sigue la credibilidad del gobierno?

Una de las cabezas de la consultora Zuban-Córdoba desmenuza la estrategia comunicacional de Javier Milei. A su juicio, el fascismo lleva los hilos de la comunicación y gestión del presidente.

POLITICAR MAGAZINE18 de diciembre de 2024 Andrés Miquel
FOTO GUSTAVO CORDOBA (1)
Gustavo Córdoba - Zuban Córdoba

“Si el peronismo gana la provincia de Buenos Aires y Milei pierde alguna de las provincias centrales como Mendoza, Córdoba o Santa Fe, puede significar un problema de gobernabilidad”, vaticina Gustavo Córdoba. Uno de los titulares de la consultora Zubán-Córdoba conversa con POLITICAR y advierte sobre la agresividad del gobierno de Javier Milei con la democracia. A su vez, deja en claro a través de números que el apoyo al presidente decae, que la sociedad no empatiza con la violencia que pregona La Libertad Avanza pero que, aún, no se constituye un liderazgo que profese una alternativa aglutinante que licúe la esperanza que persiste sobre la gestión libertaria. 

Fiel a su labor, el análisis de Córdoba se sustenta en datos. Según los últimos estudios desarrollados por la consultora, la imagen negativa de Milei está en 58,6 por ciento. Crece constantemente desde el mes de julio, cuando era del 54,2 por ciento. Además, el 63,7 por ciento señala que no tiene interés en escuchar los discursos del presidente, el 75 no comulga con los discursos violentos, casi el 70 considera que Milei aumentó la violencia política en el país y más del 94 por ciento piensa que el aumento de la violencia política es malo para Argentina. 

Este mapa de la sociedad argentina es, para Córdoba, un indicio para sustentar sus premisas acerca del futuro de LLA que está sumando musculatura para competir en las elecciones legislativas de 2025. Es que, en materia de estrategia comunicacional, sostiene que el gobierno tuvo éxito en algunos ejes, como la afirmación constante de que Milei está bien posicionado a pesar de las medidas económicas que tomó. “Pasa que no hay nadie con el poder de agenda para contradecirlo”, indica. 

Pero no deja pasar el dato comparativo respecto a los últimos cuatro presidentes. A diferencia de Néstor Kirchner, Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, tras diez meses de gestión Milei tiene entre 15 y 20 puntos más de imagen negativa. Esta condición, sumado a que el presidente tiene adhesión menor a cualquier gobernador en su respectiva provincia, arroja un nuevo escenario: “Milei está perdiendo credibilidad”.

A su vez, Córdoba remarca que el Gobierno nacional sintetiza su prédica en una polarización permanente, “inoculando discursos de odio, intolerancia, agravios y con una producción de fake news inédita”. Las limitaciones de este formato, apunta, se pudieron apreciar durante la crisis que vivió Sandra Pettovello al frente del ministerio de Capital Humano y su negativa a entregar alimentos a comedores. 

“La ministra nunca dio la cara, nunca transparentó lo que pasaba cuando hay cinco resoluciones de la Justicia pidiendo que se entreguen”, indica Córdoba. Por eso, subraya, existen dos modalidades comunicativas del gobierno de Milei. La primera, que emerge cuando tiene que afirmar un perfil ideológico, anti género, anti feminista, anti derechos y anti progresista en la que puede obtener algunos resultados que lo favorezcan. Y otra, donde filtran debilidades, que no es consistente cuando debe defenderse en episodios de transparencia o corrupción.

Ante estas situaciones, a excepción de Pettovello, Milei suele hacer rodar la cabeza de los funcionarios comprometidos. Tal es así, que hace algunas semanas, Diana Mondino salió eyectada de la Cancillería por una votación en la ONU. Según Córdoba, este mecanismo de “echar gente” no es sinónimo de fortaleza o debilidad. 

“Lo emparentaría, más bien, con el grado de improvisación de un gobierno que no sabe que funcionarios nombra, un gobierno que tiene una puerta giratoria con ocho funcionarios que salen por día, siendo que nunca en la historia hubo algo así”, advierte.

Y suelta una definición al respecto: “En esa improvisación creo que hay un plan de bajarle la persiana a lo público y trabajan incansablemente para que los argentinos perdamos expectativa con lo estatal, y creo que eso muestra la coherencia con el mal funcionamiento de los funcionarios porque no pueden funcionar bien cuando la orden es que el Estado no funcione”.

“Coyunturalitis”

Córdoba ingresa al terreno analítico sobre la lógica mediática que hoy impera. Vuelve a insistir en las dificultades del hoy para comunicar a raíz del explosivo volumen de fake news que invaden desde las redes sociales. 

Pero, ante todo, el politólogo afirma que “se dejó de ver a mediano plazo y se dejaron de ver las tendencias”. Al respecto, sostiene que uno de los grandes problemas actuales es la “coyunturalitis”. Entonces, dice, hay que profundizar los análisis, como el caso de la caída en el apoyo a Milei. “Hay un cambio cualitativo en los apoyos, porque en el mes de mayo, del cien por ciento que apoyaba a Milei lo hacía de forma unánime y sin cuestionamientos, pero hoy ese mismo apoyo se divide en partes iguales entre el apoyo total y el apoyo con peros”, explica.

En este sentido, advierte que, en las últimas semanas, se publicaron datos que mostraron una profunda caída de Milei y, al tiempo, una potente recuperación. “En términos de opinión pública, una situación así no existe”, asegura. Y lo argumenta: “Los cambios dramáticos en la opinión dependen de episodios dramáticos, como fue el atentado de Atocha en plena campaña que cambió las cosas, pero en estos meses eso no pasó en Argentina como para que baje o suba abruptamente la imagen de Milei”. 

“Da para pensar que algunos actores publican datos en acuerdo con el gobierno”, condena. 

Pero, más allá de focalizar una lectura sobre el presidente, Córdoba considera que “la política no ha logrado descifrar el enigma que presentó Milei”. Afirma que la sociedad piensa en sus problemas y no en la política o las internas. Más allá de cualquier estimación, indica que, cuando estén definidos los candidatos “quizás empiece a haber un escenario real”.

Así las cosas, critica lo que, desde su mirada, el comportamiento del Gobierno nacional en redes sociales, donde se “apunta a sacar de la conversación al que no piensa como ellos”. “No es raro que este gobierno no busque un modelo de pensamiento único”, señala.

“Milei es un dirigente que ha degradado la palabra y el rol presidencial con su falta de profundidad, conocimiento y honestidad intelectual”, determina Córdoba. Sostiene que Milei aprovecha la discusión respecto a la dicotomía entre formas y fondos, “donde él dice que importa el fondo y no las formas”. “En el contexto democrático, las formas es el fondo, y este es un aspecto que recalca su fascismo y autoritarismo, porque no le interesa la división de poderes ni transparencia, ni el sistema democrático, y por eso combate el acceso a la información”, remata Córdoba.

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