Entre el centralismo y el colapso, Juan Manuel Urtubey plantea una alternativa “superadora y plural” al Gobierno nacional

En un momento marcado por el creciente ausentismo electoral y una ciudadanía cada vez más distante de la política tradicional, el exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey emerge como una de las voces del peronismo que impulsa la necesidad de construir una alternativa amplia y transversal al actual oficialismo.

POLITICAR MAGAZINE15 de agosto de 2025
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El escenario nacional, atravesado por tensiones entre Nación y provincias, la centralización de recursos y una oposición aún sin articulación clara, ofrece un contexto donde las miradas de dirigentes experimentados cobran renovado valor político.

En diálogo con Politicar, Urtubey planteó que la Argentina se encuentra ante una “situación bisagra”, que puede dar inicio a un proyecto político diferente. Reconoció que el Gobierno de Javier Milei conserva una posición sólida en lo electoral y alertó sobre la falta de una oposición organizada que represente un modelo de país distinto.

“El Gobierno viene a imponer un modelo cultural que rompe con nuestras raíces: un sistema basado en el éxito individual y el mérito económico como único ordenador social. Frente a eso, hay que construir una alternativa que recupere la solidaridad y la justicia social”, aseguró.

–¿Cómo ve el escenario político actual?

Creo que esta elección puede marcar un punto de inflexión. Si bien es cierto que el Gobierno tiene hoy una posición muy sólida en términos preelectorales, no es menos cierto que esta puede ser la primera escala en la construcción de una alternativa superadora. Hasta ahora, el Gobierno ha caminado este año y medio con la referencia solamente del pasado, del gobierno anterior. No hay una referencia en términos de construcción, de una alternativa. Y si nosotros logramos construir algo así, podemos posicionarnos en un lugar interesante.

“El Gobierno ha caminado este año y medio con la referencia solamente del pasado, del gobierno anterior”

–¿Considera que existe un sector social expectante de una alternativa, más allá de las estructuras políticas?

Sí, claro. Hay una ciudadanía que no se siente representada por las opciones actuales. No está buscando una vuelta al pasado, sino una propuesta que la convoque desde otro lugar, con otra lógica. La política tiene que animarse a mirar hacia adelante, a construir algo distinto. Esta elección nos puede servir de base para la construcción de esa alternativa superadora.

–¿Quiénes deberían integrar ese proyecto?

Parto de mi posición de peronista, pero tengo claro que no alcanza con el peronismo. El peronismo puede ser, en la medida en que entendamos el momento histórico que vivimos, un articulador de ese espacio mucho más abierto, amplio y plural, que recepte a quienes tenemos una mirada muy diferente a la del gobierno.

–¿Se imagina una convocatoria que incluya al radicalismo o incluso sectores del PRO?

Estoy convencido de que en 2027 o nosotros tenemos la madurez y concepción política para conformar un verdadero frente de alternativa al gobierno, o ese frente lo armará la gente. A través de la lógica de primera y segunda vuelta, en segunda vuelta la sociedad decidirá si quiere seguir con este modelo actual o si plantea una alternativa superadora. Lo que digo es: tratemos de estar a la altura de la circunstancia y construir nosotros ese frente de manera sustentable; si no, la gente lo hará de igual modo el año que viene.

–¿Qué tan factible es conformar un espacio político que trascienda las divisiones tradicionales?

Es posible, pero es un trabajo en fases, en etapas. Este año es una elección de medio término y legislativa, donde la conformación de grandes frentes es más compleja. Al no plantearse cargos ejecutivos, la conformación no encuentra mucha utilidad práctica en términos de un gran frente, ya que electoralmente es lo mismo su construcción o no, pues se mide por resultado electoral.

–¿Y a nivel federal ve condiciones para que esa articulación se exprese?

Dependerá mucho de la madurez política de los actores y de cuánto estén dispuestos a ceder. Hay provincias que ya están mostrando signos de organización distinta. Si logra escalar, puede ser un punto de partida.

Juan Manuel Urtubey

–¿Qué análisis hace de los resultados electorales de este año?

A pesar de tener menos recursos, menos capacidad operativa (porque el Gobierno nacional ha concentrado gran parte de la capacidad de gestión justamente por una cuestión de fondos), igualmente se verifica una tendencia clara. Salvo en la ciudad de Buenos Aires, prácticamente en todos lados ganaron los oficialismos provinciales. Y también se verifica que hay prácticamente un tercio, un 30% (un poco más, un poco menos; creo que discutir matemáticamente la política es un error a veces) en cada una de las provincias argentinas que apoya este Gobierno. Otros dos tercios no lo apoyan, porque, al ser tan contracultural para gran parte de la sociedad argentina, encuentra resistencias. El tema es: ¿somos capaces de construir una alternativa política que pueda receptar a esa gran mayoría de los argentinos o no? Es una pregunta que iremos respondiendo con el paso del tiempo. 

“¿Somos capaces de construir una alternativa política que pueda receptar a esa gran mayoría de los argentinos o no?”

–¿Y de Salta?

En Salta, La Libertad Avanza ganó el Departamento Capital por tres puntos, pero le fue muy mal en todo el interior. Daría la sensación de que todavía no ha podido (seguramente sucederá en la elección nacional) lograr más volumen armónicamente en todo el resto de la provincia, no solo ser un fenómeno de la capital. Pero sí es cierto que hay un porcentaje de salteños, igual que de argentinos, un 30% a un tercio, que se siente representado por estas políticas. Y en Salta se verificó.

–¿Esa fragmentación política provincial puede ser una traba o una oportunidad?

Puede ser ambas cosas. Si se administra bien, es una oportunidad para construir desde lo local una alternativa con raíces territoriales. Pero si se vuelve una puja de pequeños liderazgos, es una traba.

–¿Cómo evalúa el vínculo entre el Gobierno nacional y los gobernadores?

Argentina tiene el problema de que cada gobierno es más centralista que el anterior. Literalmente, cada vez se concentra más el esquema de poder en Buenos Aires y la toma de decisiones ya encuentra cuestiones francamente inconcebibles. Por ejemplo, la disolución de Vialidad Nacional sólo es comprensible en una reunión de un grupo de porteños, gente que jamás en su vida anduvo por una ruta en la Argentina.

Por eso, me pareció muy importante la foto de los 24 gobernadores firman juntos un proyecto de ley. Es uno de los elementos más importantes de la política argentina en los últimos tiempos. Que todos los gobernadores, sin distinción de partidos políticos, hayan dicho "creemos que es por acá", con un enorme nivel de responsabilidad. No están planteando una irresponsabilidad fiscal; es solamente un modelo de distribución diferente de los recursos existentes en la Argentina. No se está planteando la famosa cuestión que desde el gobierno dicen "son degenerados fiscales". Es un dato interesante como respuesta a un nivel de centralismo cada vez más alarmante que tenemos en la Argentina. 

“La Argentina tiene el problema de que cada gobierno es más centralista que el anterior”

–¿Cree que el Gobierno nacional usa el equilibrio fiscal como un relato?

El Gobierno nacional sostiene, entre comillas, el éxito de sus políticas en la apropiación de recursos que no le son propios. Si sostenés el gran éxito de tu gestión, que es el equilibrio fiscal, sobre la base de un 78% menos de distribución de recursos de origen federal (que deben ser coparticipados); haber planchado las actualizaciones jubilatorias y los presupuestos de universidades nacionales (como los tres elementos más un montón de otros), obviamente podés mostrarte "exitoso". Claro, sos exitoso porque no pagás nada. El problema es plantar un relato en el cual los problemas de los argentinos son producto de los gobiernos provinciales, que son deficitarios e irresponsables fiscalmente, lo cual es una trampa. Porque en la Argentina se descentraliza sistemáticamente en las provincias la ejecución de políticas públicas, o sea, el gasto público. No porque los gobiernos provinciales quieran gastar más, sino porque son ellos quienes tienen que garantizar la salud, la educación, la seguridad, la justicia. Y, por otro lado, tenés un Gobierno nacional que concentra los recursos. Hay algo que no condice, porque inevitablemente el mercado no va a construir escuelas, no va a pagar el sueldo a los enfermeros ni a los médicos, ni va a abrir las puertas de un hospital ni pagar a la policía. En definitiva, se necesita un Estado que articule, y para articular, requiere capacidad de respuesta.

“El problema es plantar un relato en el cual los problemas de los argentinos son producto de los gobiernos provinciales, que son deficitarios e irresponsables fiscalmente, lo cual es una trampa”

–¿Cuál es su rol dentro de este posible armado político alternativo?

Estoy trabajando activamente para posibilitar que eso suceda. Porque creo que para quienes tenemos formación política, no hay mucho lugar a la indiferencia. Lo que se está planteando es un modelo de organización social que se da de patadas no solo con mis convicciones ideológicas, sino con la propia Constitución Nacional. La Constitución Nacional se plantea, no desde la época del peronismo, sino desde 1853, casi un siglo antes, con una lógica donde la justicia social figura como uno de los elementos de organización de la sociedad; no es un invento del peronismo.

–¿Ve voluntad real de unidad dentro del peronismo?

Soy de los que, desde mi origen peronista, dicen: "Si queremos construir un gran frente social en la Argentina, empecemos por el peronismo". Porque si vamos a decir "vamos a hacer una gran unidad de los argentinos", pero nosotros no podemos garantizar la propia, empieza flojo. Entonces, hay un primer paso que es superar las diferencias internas por nuestro pasado, nuestro origen, o lo que sea. El parámetro de referencia de la política en todo el planeta son las políticas del gobierno. O estás a favor de las políticas de gobierno o estás en contra porque considerás que es mejor hacer otra cosa. 

–¿Cree que el peronismo puede liderar esa unidad nacional?

Lo primero que tenemos que hacer es tratar de generarla. Una vez generado eso, trabajar para que esa unidad sea un llamador a una gran unidad nacional.

–¿Cree que es posible para 2025?

Creo que sí. Hay que trabajar para eso. ¿Lo lograremos al 100%? Como todo en la vida, si el parámetro es llegar al 100 y se llegas al 70, se puede decir que fue exitoso o no; depende de dónde se pone la mirada. Pero si no hay vocación de lograrlo al 100%, nunca vas a ser ni el 1%.

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–¿Se ve como protagonista?

Fui tres veces gobernador de mi provincia, dos veces legislador nacional, una vez legislador provincial, fui constituyente. Estoy agradecido al pueblo de mi provincia, porque todos los cargos que ocupé fueron por elección popular. El tema es que lo que busco es construir esa gran unidad. La unidad en realidad no se construye detrás de un nombre propio, se construye detrás de una idea. Entonces, lo que estoy planteando es: trabajemos detrás de una idea. Si la consecuencia de ese trabajo es que uno deba o no asumir responsabilidades, es un segundo paso. En lo personal, no es mi vocación, porque ya lo hice y quiero poder aportar desde otro lugar. Pero también es cierto que la política es un hecho más colectivo que individual. Entonces, la posición personal es una cosa, la necesidad de un conjunto puede ser otra o no, pero para mí ese es un segundo capítulo. Lo primero es: ¿somos capaces de construir de verdad eso o no? Porque si no somos capaces de hacerlo, ¿qué sentido tiene discutir pequeñas posiciones de poder personal en una sociedad que se está desmoronando todos los días?

–¿Salta elige senadores y su nombre suena para ser candidato, participaría en las elecciones si se logra la unidad del PJ en la provincia?

Si voy a ser candidato a Senador nacional por Salta en octubre. Pero repito, como consecuencia de una construcción de unidad.  Quiero colaborar en la reconstrucción de un sistema político vigoroso que le dé respuesta a la gente. No solo que busque recuperar prestigio, sino que la consecuencia sea recuperar prestigio. Lo que debe buscar es la reconstrucción de una organización social más justa, porque como estamos, estamos quebrados como sociedad; esto no se sostiene mucho tiempo.

“Si voy a ser candidato a Senador nacional por Salta en octubre. Pero repito, como consecuencia de una construcción de unidad”

–¿Con qué referentes está dialogando?

Con todos, más allá de que tengamos orígenes diferentes, más allá de que yo pueda haber tenido más afinidad con un sector u otro. Al final del camino, las diferencias que tenías en todo esto pasan a ser matices al lado de un modelo de sociedad distinta. Por eso digo, es entender el punto de inflexión en donde está la política argentina hoy. 

“Se siguen planteando en la Argentina parámetros de discusión que atrasan. Discutir sobre el pasado en un país que se debe un futuro es andar manejando mirando el espejo retrovisor”, fue la frase con la que Urtubey resumió su diagnóstico sobre el estado actual de la política argentina. 

Lejos de posicionarse como candidato, se muestra como un articulador en busca de una alternativa política más amplia, racional y moderna. Frente al avance de un modelo que, según él, “rompe con el contrato social argentino”, propone una salida basada en la recuperación de valores históricos, la unidad y la responsabilidad institucional.

En la antesala de un año clave, donde podrían comenzar a delinear nuevas alianzas, Urtubey insiste en que quienes no están de acuerdo con la propuesta de país del presidente Javier Milei tienen tiempo para construir una propuesta que supere la dicotomía entre oficialismo y pasado reciente: “La política tiene que dejar de hablarse a sí misma y empezar a hablarle a la sociedad”.

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