La revolución permanente

Una sesión que fue una mera formalidad. El problema de los interlocutores. Demasiados papeles sobre la mesa. Una interna de nunca acabar. Los tiempos se acortan para Axel Kicillof, que busca que la Legislatura le apruebe leyes esenciales, pero la rosca navideña es tan densa que podría cocinarse tarde.

PROVINCIAL18 de diciembre de 2024
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La revolución permanente

Nadie aprueba un presupuesto en la víspera. Es una ley no escrita que se verifica año tras año y no estamos frente a una excepción. Una vez más, el gobierno de Axel Kicillof llegará al Día D (mañana) sin tener anudada la aprobación de la llamada “ley de leyes” en la Legislatura. Y que en realidad es un paquete que también incluye la ley fiscal impositiva y la autorización para tomar deuda y así costear los gastos del año que viene en un contexto de crisis a todo nivel.

La ley impositiva y el endeudamiento son los temas centrales para el gobierno, ya que el presupuesto puede aprobarse ya entrado el año próximo o incluso se puede prorrogar el presupuesto 2024 (como lo hizo Javier Milei con el presupuesto nacional 2023 y como volvería a hacerlo ahora), pero el aumento de alícuotas en tributos clave y la posibilidad de tomar crédito son fundamentales para la administración bonaerense: temas que implican la entrada de fondos y que no pueden esperar un mes o dos. 

Sin embargo, y por más reparos que la oposición les ponga a estas normas, hay otros proyectos que mantienen trabado el diálogo y que vienen impidiendo que se llegue a un acuerdo. Se trata, fundamentalmente, de la reforma propuesta para el sistema jubilatorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) y de los pliegos enviados por Kicillof para cubrir vacantes en la Justicia, algunos de los cuales tienen cuestionamientos.

En la última semana hubo un par de avances que hicieron pensar que la discusión, contra todo pronóstico, estaba encaminada: el gobierno logró la aprobación en la Cámara baja de su proyecto para crear un laboratorio provincial de medicamentos, y (gracias a un voto desde el bloque que responde a Martín Lousteau) consiguió también que las iniciativas de presupuesto y ley fiscal obtuvieran un dictamen favorable en comisión. Pero todo está por verse.

Por eso, la sesión de ayer en el Senado provincial fue casi una no-sesión. A falta de acuerdos para tratar los temas pendientes, se dispuso pasar a un cuarto intermedio para mañana, de manera que habrá (no por primera vez) una doble sesión, en la que ambas cámaras abrirán sus puertas para debatir los proyectos en danza. 

Eso, si es que la Legislatura sesiona mañana. Porque queda abierta la posibilidad de que, ante la necesidad de seguir batiendo la rosca navideña, haya que “patear” el Día D para el día siguiente al cumpleaños de Jesucristo, es decir, para el jueves 26. Y quién sabe si entonces se puedan aprobar las leyes que quiere Kicillof. Desde un sector del radicalismo, hasta ayer, se seguía agitando la consigna “Nos vemos en febrero”.

La encrucijada del gobierno de Kicillof tiene que ver con la situación precaria en que se encuentra la provincia, jamoncito de un sándwich poco apetitoso. 

Por arriba, el gobierno de Milei empuña la motosierra con firmeza y esto afecta a Buenos Aires de dos maneras: primero, le quita recursos que con el gobierno anterior estaban garantizados, y segundo, presiona sobre los sistemas de salud, educación y asistencia social de la provincia al empujar a buena parte de la ciudadanía fuera de los cada vez más caros sistemas privados. Pero, además, Milei está gobernando sin presupuesto y eso deja a la Provincia sin norte para consensuar los números con la oposición. 

Por abajo, el reclamo de los intendentes para asegurarse recursos para sus municipios no cesa. En las últimas horas hubo reuniones de intendentes con legisladores, de intendentes con funcionarios del gobierno y de intendentes y legisladores con funcionarios del gobierno. Los jefes comunales quieren saber si tendrán un fondo específico asignado en el presupuesto para realizar obras y comprar los elementos que necesitan para seguir prestando los servicios. Y este reclamo no es exclusivamente opositor: también los alcaldes propios insisten en que la “ley de leyes” incluya una línea para ellos. 

Las charlas se suceden, pero los consensos no están asegurados. Ocurre que son varios los temas en danza y pareciera que la solución debe venir por todos lados al mismo tiempo, lo que, por supuesto, resulta complicado. Agustina Vila, secretaria general de la Gobernación, quedó a cargo de dialogar discretamente con legisladores y referentes opositores. No es la persona con la que ellos hubieran querido negociar, pero es la que envió el gobernador. 

Alguien deslizó que el hecho de que la interlocutora designada sea una mujer complica las cosas; es una hipótesis a considerar en un ámbito donde el machismo aún es fuerte, aunque la presidenta del Senado sea una mujer (la vicegobernadora Verónica Magario) y aunque las dos cámaras estén bien nutridas de miembros femeninos gracias, entre otras cosas, al cupo de género. Pero la intervención de Vila es ciertamente un paso adelante dado que hasta ahora los distintos sectores del arco opositor se quejaban de que ni siquiera existía un interlocutor autorizado con el gobierno de Kicillof. 

En cuanto al arco oficialista, que no es homogéneo (el kicillofismo mantiene una feroz interna con el ala “camporista” del peronismo), ahí tampoco parece haber una persona que aceite las conversaciones, por lo que la tropa encuentra dificultades para organizarse.

Los intendentes oficialistas, por cierto, también insisten en que se avance en una reforma electoral para volver a habilitar la posibilidad de presentarse a reelecciones sin límites. Otro elemento sobre una mesa ya demasiado cargada. 

Nada es certero por estas horas, pero una hipótesis fuerte es que mañana se trataría y aprobaría la reforma de las jubilaciones del banco provincial y que el presupuesto quedaría para más adelante, pese a los intentos del gobierno por anudar los acuerdos necesarios para que salga en la doble sesión. Habrá que ver.

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