Ajuste por arriba, reclamos por abajo: la puja por el presupuesto bonaerense

Condicionado por el ajuste de Javier Milei y cercado por una oposición que no admite excusas, el proyecto de Axel Kicillof para el año que viene quedó trabado por el reclamo de los intendentes opositores y la falta de certezas sobre los fondos para municipios. En la recta final del año se ponen en juego distintas visiones sobre cómo administrar la provincia.

PROVINCIAL30 de noviembre de 2024
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En el periodismo hay una máxima que dice que las excusas no se imprimen. En el cine tienen un equivalente: las excusas no se filman.

La idea básica es que lo único que importa es lo que queda plasmado en el documento final, es decir, la nota impresa (o publicada en la Web), la película, o el informe que sale al aire, y que cualquier dificultad que haya surgido en su producción carece de valor justificativo. Es probable que muchas otras disciplinas profesionales y artísticas incorporen en sus códices prescripciones similares.

Por esto, seguramente, no convenció la presentación, por parte del ministro de Economía bonaerense, Pablo López, del proyecto de presupuesto provincial para 2025, hace ya más de dos semanas. El gobernador Axel Kicillof explicó entonces que la previsión de gastos e ingresos para la provincia tiene que basarse en las estimaciones del presupuesto nacional elaborado por el gobierno de Javier Milei, que es “inconsistente” y está “escrito en el aire”. Corolario: el presupuesto provincial también lo está. 

“Es imposible de aprobar”, dijo el diputado y secretario general del PRO bonaerense, Adrián Urreli. Entre los puntos que señala como inaceptables está la extensión de la emergencia administrativa, que viene desde 2019. “Está gobernando desde hace cinco años y no pudo superar la emergencia. Me parece mucho”, dijo.

En cierto sentido, no hay nada nuevo bajo el sol, ya que la pelea por la “ley de leyes” es encarnizada todos los años, y por más que el gobierno presente su proyecto con tiempo, la cuestión tiende a definirse en medio del sonido de las campanillas navideñas o incluso cuando ya se ha extinguido, en estrechos pasillos legislativos inundados del calor sofocante del verano.

Pero esta vez, a la situación ya compleja que supone la puja por priorizar una que otra partida, aumentar o disminuir el gasto y reducir o incrementar los impuestos (al presupuesto siempre lo acompaña una hermana, la Ley Fiscal Impositiva) se suma la hostilidad de la Nación, que, como dice Kicillof, procura “asfixiar” a la Provincia. Y aunque el ministro López insista en que el presupuesto “no es de ajuste”, el año que viene promete no ser bueno.

Los más preocupados, quizás, son los intendentes, tanto los peronistas como los opositores. Y es que, a diferencia de lo que viene ocurriendo hasta ahora, no se sabe si el año próximo el gobierno provincial destinará un fondo específico para girar recursos a los municipios. Este año se implementó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal (FFFM), que en principio está pensado para que cada Municipalidad pueda realizar las obras de infraestructura que hagan falta, pero que en la práctica, dado el nivel de la crisis, se viene usando muchas veces para pagar sueldos.

Para peor, a la incertidumbre sobre la implementación o no de un fondo de ese tipo para el año que viene se agrega el retraso para girar la última cuota de este año. En las últimas semanas los intendentes radicales hicieron oír su disconformidad: cada día que pasa, esa plata vale menos, y podemos hacer menos cosas con ella, argumentaban. Ese retraso trabó la propia negociación por el presupuesto, ya que, ofuscados, los alcaldes de la UCR anunciaron que los legisladores provinciales del partido no se sentarían siquiera a considerar el proyecto de Kicillof mientras la Provincia no les pagara lo adeudado. Y cumplieron con esa promesa.

El martes, con casi un mes de atraso, se saldó la cuarta y última cuota del FFFM, una erogación de más de 38 mil millones de pesos que completó un reparto de unos 125 mil millones a lo largo del año. Entonces, el presidente de la UCR provincial, Miguel Fernández, reunió a los integrantes del Foro de Intendentes Radicales y a legisladores del partido para analizar los proyectos oficiales y establecer qué cosas buscarán cambiar.  

Aun así, la puesta al día no parece haber cambiado demasiado las cosas. Es más, desde el PRO, al menos, dicen que no cambia nada. Los intendentes “amarillos” afirman que el gobierno provincial los discrimina en el reparto de recursos. Se comparan con sus vecinos peronistas y señalan con amargura la diferencia entre las obras que se ejecutan de uno y otro lado de la calle que limita los respectivos distritos.

Por su parte, los radicales insisten en que con el pago del FFFM no es suficiente. Se quejan de que el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) mantiene fuertes deudas con sus municipios, agobiados por el costo de mantener el servicio de salud en un contexto de fuerte aumento de la demanda, por un lado, y del precio de los insumos, por el otro. Una combinación fatal para las comunas que tienen su propio hospital, muchas veces el único prestador de salud en el distrito.

Algunos alcaldes también apuntan al retraso en la liberación de fondos suscriptos por leasing con el Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) para la compra de maquinaria y otros elementos útiles para los servicios municipales. En ese punto la discusión ya entra en un hilado fino que no todos consideran conveniente. Como apunta un intendente opositor, “retrasos siempre hay, lo central es que los fondos estén”.

De todas maneras, el PRO seguirá la estrategia de la UCR y tendrá su propio cónclave con jefes comunales y legisladores, para analizar qué les depara el horizonte 2025.

En La Libertad Avanza (LLA), la ofensiva se da por arriba y por abajo. En la Legislatura busca bloquear cualquier intento del gobierno de aumentar impuestos, algo que va contra el credo libertario (al menos en la letra, aunque no siempre en la práctica de la administración Milei). En tanto, en los municipios, la falta de poder territorial (el partido no cuenta con ningún intendente) obliga a un trabajo de “guerrilla” en los Concejos Deliberantes. Allí, se trata de que los ediles propios defiendan los principios anarcocapitalistas en los presupuestos municipales. El titular del partido a nivel provincial, Sebastián Pareja, reunió a concejales de todos los distritos bonaerenses para que se interiorizaran sobre los mecanismos presupuestarios y fiscales. Participó el intendente de Tres de Febrero, el periodista Diego Valenzuela, quien revista nominalmente en el PRO pero defiende al gobierno como un libertario más.

Ahora liberada del lastre que suponía la deuda por el FFFM, pero con deudas aún pendientes, la negociación por el presupuesto 2025 promete llevar buena parte del mes de diciembre. En esa mesa se ponen en juego las distintas visiones sobre qué hacer con la provincia. 

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