
Venezuela ante el riesgo de intervención militar extranjera
Intervención militar en Venezuela genera tensiones mientras Maduro refuerza su discurso y crecen llamados a una solución interna y soberana.
Alfredo Atanasof, Ex embajador Argentino en Bulgaria y Ex Ministro de Trabajo durante la presidencia de Eduardo Duhalde, analiza la reciente visita de Xi Jinping a Perú y las implicancias de la alianza de China con América Latina y la disputa geopolítica con Estados Unidos.
POLÍTICA INTERNACIONAL29 de noviembre de 2024La Ruta de la Seda desembarca en Perú
La reciente visita de Xi Jinping a Perú no solo marca un hito en la relación bilateral entre ambos países, sino que simboliza la creciente influencia de China en América Latina, una región históricamente bajo el predominio económico y político de Estados Unidos. La inauguración del puerto de Chancay, una imponente obra financiada por el gigante asiático, no es un evento aislado, sino parte de una estrategia global que busca consolidar la posición de Pekín como actor principal en el escenario internacional.
El puerto de Chancay: un nodo estratégico
El puerto de aguas profundas de Chancay, operado exclusivamente por la empresa estatal china COSCO, es un elemento clave de la Nueva Ruta de la Seda. Con una inversión de 3.400 millones de dólares, este proyecto aspira a transformar a Perú en el principal nodo marítimo de América Latina, conectando el “Camino Inca” con la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI. Según las declaraciones de Xi Jinping, Chancay no solo será un motor de desarrollo para Perú, sino un catalizador para una “prosperidad compartida” en toda la región.
China, el socio preferente de América del Sur
Desde 2013, la influencia económica de China en América Latina ha crecido exponencialmente. Hoy es el principal socio comercial de Sudamérica, desplazando a Estados Unidos y Europa. Países como Brasil, Chile, Perú y Argentina han recibido inversiones multimillonarias en sectores estratégicos como energía, minería e infraestructura. En Perú, por ejemplo, empresas chinas controlan gran parte del suministro eléctrico y la producción de cobre, reflejando el profundo entrelazamiento de ambas economías.
Implicaciones geopolíticas: el desafío a Estados Unidos
El avance chino en América Latina es visto con preocupación en Washington. A diferencia de la propuesta estadounidense de la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas, cuyos beneficios tangibles aún están por definirse, Pekín ofrece inversiones inmediatas y acuerdos comerciales concretos. Sin embargo, esta expansión no está exenta de riesgos. Investigadores del Atlantic Council advierten que la red de 38 puertos operados por China en todo el mundo podría convertirse en un desafío logístico para Occidente en caso de un conflicto en el Indo-Pacífico
Argentina: lecciones y oportunidades
Para Argentina, observar el modelo peruano puede ofrecer valiosas lecciones. Si bien el financiamiento chino abre puertas para proyectos de gran envergadura, también plantea preguntas sobre dependencia económica y soberanía. La relación de Argentina con China, especialmente en sectores como el litio y la energía, tiene el potencial de fortalecer la economía nacional, pero requiere una estrategia clara para evitar un desequilibrio que favorezca excesivamente a Pekín.
Influencia China en expansion en America Latina
La expansión de la influencia china en América Latina, ejemplificada por el puerto de Chancay, subraya la transición hacia un mundo multipolar. Mientras Estados Unidos lucha por mantener su liderazgo, China consolida su presencia con acciones concretas. Para los países de la región, incluida Argentina, el desafío será aprovechar estas oportunidades sin perder de vista la necesidad de diversificar socios y preservar su autonomía en el tablero global.
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Brasil y Venezuela refuerzan vínculos con China y Rusia, desafiando la influencia de EE.UU. y promoviendo una política exterior más autónoma en la región.
La guerra comercial desatada por Donald Trump contra Brasil ha provocado una ofensiva diplomática relámpago de Luiz Inácio Lula da Silva. Apenas entró en vigor el arancel del 50% impuesto por Estados Unidos —un castigo que en el caso brasileño tiene un trasfondo político ligado a la protección de Jair Bolsonaro—, el presidente brasileño activó su agenda internacional con tres potencias clave: China, Rusia e India.
Mientras El Salvador celebraba el Día del Periodista en un ambiente marcado por el exilio y el silenciamiento de voces críticas, la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, aprobó la reforma constitucional más significativa desde 1983: la legalización de la reelección presidencial indefinida. Con 57 votos del bloque de Nayib Bukele y solo tres en contra, el Congreso allanó el camino para que el mandatario continúe en el poder más allá de su actual segundo mandato.
Mientras se acerca el plazo límite fijado por Donald Trump para un alto el fuego en Ucrania, Vladímir Putin redobla su apuesta. El presidente ruso, firme y sin señales de retroceso, declaró este jueves que los objetivos del Kremlin siguen intactos y que las fuerzas rusas “avanzan en todos los frentes”. En una rueda de prensa conjunta con el líder bielorruso Alexander Lukashenko, Putin también anunció el despliegue del primer lote de misiles balísticos Oreshnik, un nuevo paso en la modernización del arsenal ruso.
Brasil ha logrado un hito histórico en la lucha contra el hambre: según el último informe de la FAO, el país sudamericano ha salido del Mapa del Hambre de las Naciones Unidas, al reducir a menos del 2,5% el porcentaje de su población que padece inseguridad alimentaria severa. Es un dato que no solo destaca en el escenario regional, sino que consolida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como un referente internacional en políticas sociales.