¿La industria nacional en peligro? El impacto del acuerdo comercial entre Estados Unidos y Argentina

Con apertura de importaciones y certificaciones estadounidenses, la letra chica repercute directamente en la industria argentina. El economista Jorge Argüello señala que el trasfondo del acuerdo se da por “la pulseada por la hegemonía que sostienen Washington y Beijing”.

ENTREVISTAS 25 de noviembre de 2025 Juan Salguero Simoy
Milei trump

El pasado 14 de noviembre la Casa Blanca de los Estados Unidos, dio a conocer en su portal web parte del acuerdo comercial con la Argentina. “Hay que recuperar el patio trasero” enfatizó el secretario del Tesoro estadounidense haciendo alusión a Latino América. En esa frase se enmarca el acuerdo que se anunció con nuestro país, pero que ya rige en Guatemala, El Salvador y Ecuador.

La palabra clave de la frase de Bessent es “recuperar”, no solo por el amedrentamiento a la soberanía argentina y el resto de las naciones latinoamericanas. Sino porque el trasfondo del acuerdo se enmarca en la preocupación del Gobierno de Donald Trump a la impactante presencia de China en términos comerciales.

Jorge Argüello destaca que, durante septiembre y octubre, China fue “nuestro principal socio económico” desplazando a Brasil al segundo lugar. Pues según datos del INDEC, a lo largo del 2025 las importaciones provenientes de China crecieron un 66% respecto al 2024. En contraposición, las importaciones estadounidenses solo se alzaron un 8% interanual. En el caso de las exportaciones, la casa blanca también se encuentra por debajo de Beijing. De Argentina a China crecieron un 30% interanual, mientras que hacia el norte del continente fueron de un 24%. 

A priori se pensaría que tener de socios comerciales a las dos actuales máximas potencias del mundo es una ventaja para el crecimiento de la Argentina, pero ¿Qué pasa con la industria nacional?

Las importaciones provenientes de China, han puesto en jaque a la industria textil Argentina. Las aplicaciones asiáticas como Shein y Temu, entre otras importaciones principalmente textiles, profundizaron una crisis en el sector marcada por la caída del consumo de productos nacionales. Lo que provoca una baja en la producción; la pérdida de más de 10.000 puestos de trabajo registrado; y una baja utilización de su capacidad instalada. 

Esta competencia desleal con China, que compiten en precio debido a mano de obra barata y subsidios, genera pérdidas de hasta un 40% en la industria textil Argentina, según el Centro de Estudios Fundar. Desde Beijing también ingresa tecnología, automóviles y diversos productos, en ese marco es donde Estados Unidos comienza a preocuparse por “recuperar el patio trasero”. En esa disputa de ser la hegemonía industrial, se da el acuerdo comercial con Estados Unidos. Donde las importaciones y las certificaciones estadounidenses son las principales preocupaciones para la industria nacional.

Estados Unidos aceptó en el acuerdo comercial reducir drásticamente los aranceles a las exportaciones provenientes de Argentina. A cambio, nuestro país ofrecerá acceso preferencial a bienes de estadounidenses. como medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y productos agrícolas. Además, desmantela licencias de importación y otros mecanismos restrictivos, facilitando el ingreso de productos norteamericanos.

En estos puntos reside la disparidad del acuerdo, en una apertura de las importaciones en sectores que Argentina es productor y competidor en el mundo. Un ejemplo es el sector agropecuario, uno de los principales perjudicados, ya que se habilitará la importación y se facilitarán los registros de carne vacuna y porcina, lácteos, ganado bovino vivo y aves de corral estadounidenses. De este modo, la producción local deberá competir con una industria que opera con escalas y subsidios inaccesibles para nuestro país.

También se menciona la apertura de alimentos procesados, que golpea a las pequeñas y medianas industrias que ya se ven gravemente afectadas por la caída del consumo debido a la recesión que atraviesa nuestro país.

Argentina resigna licencias de importación y controles sanitarios propios y acepta certificaciones emitidas por organismos de Estados Unidos. Esto incluye certificados FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) para alimentos, medicamentos y cosméticos. Esa medida implica un desplazamiento de la autoridad nacional sobre la verificación de calidad y seguridad de productos destinados al consumo interno. Los productos argentinos seguirán sometidos a controles locales, mientras que los extranjeros ingresarán bajo parámetros externos. La diferencia cambia la competencia y debilita la soberanía regulatoria.

Este último punto es perjudicial para la industria farmacéutica, ya que el cambio implicaría una revalidación casi automática de patentes extranjeras, lo que dificultará el desarrollo de innovaciones incrementales o copias, un proceso que permitió históricamente reducir precios y promover el desarrollo local.

De este modo, el acuerdo comercial, que aún falta conocer en su totalidad, implicaría una apertura de las importaciones y flexibilizaciones. Desde el sector industrial agropecuario, mayorista, minorista, automotor y hasta el farmacéutico, se verán envueltos en una competencia a priori desigual contra uno de los dos mayores exponentes industriales del mundo.

En este marco, POLITICAR dialogó con el economista Jorge Argüello:

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¿Cómo leés el trasfondo del acuerdo comercial con Estados Unidos?

Estamos en presencia de una acción no solo orientada a la Argentina; está orientada a toda la región de América Latina, estamos en un paquete, en un pelotón de cuatro con Guatemala, El Salvador y Ecuador. Esto tiene que ver con otra pulseada que es de fondo, que es la pulseada por la hegemonía que sostienen Washington y Beijing. 

Washington, que históricamente consideró a nuestra región como el patio trasero, el background, dicen ellos, de los Estados Unidos, de golpe, y después de algunas décadas de acción permanente e ininterrumpida de China, se encuentra con que China está muy presente en la región. 

Para ponerte un ejemplo: hoy, a partir de las mediciones del INDEC del mes de septiembre, fue en ese mes nuestro principal socio económico. Desplazó a Brasil, que está en segundo lugar. En tercer lugar, está la Unión Europea y en cuarto lugar aparece recién Estados Unidos, seguido por India en quinta posición.

Por lo que se dio a conocer del acuerdo, en el difícil equilibrio de exportar e importar ¿Coincidís que se genera una disparidad a la hora de permitir importaciones estadounidenses? ¿No perjudica esta parte del acuerdo a varios sectores de la industria argentina?

Si, Estados Unidos ofrece reducciones arancelarias para el ingreso de algunos productos de la región porque necesita presionar los precios internos de Estados Unidos. En este primer pelotón de cuatro países que fueron objeto de los cuatro acuerdos anunciados, hay reducciones arancelarias sobre el café, sobre la banana, sobre el cacao, que son cosas que no produce Estados Unidos. Se anuncia la ampliación de la cuota de carne exportable desde Argentina.

Pero, por otro lado, hay otro punto, identificándolos grupalmente, que se refiere a la reciprocidad y al acceso al mercado exportador de Estados Unidos. Y acá, entonces, a nuestros países les son requeridas aperturas de mercado, en el caso de Argentina tanto en el sector agrícola, farmacéutico e industrial. En esto se diferencia de Ecuador, Guatemala y El Salvador, porque esos países no tienen producción industrial que cuidar. Por lo tanto, las reducciones arancelarias se basan en el banano, el cacao, el café.

Y después hay un uso político de los acuerdos convalidados. Si uno lee cuidadosamente lo que hasta ahora se puede entender del acuerdo marco, que está en proceso de elaboración, todavía en los puntos centrales, uno ve acción orientada a ponerle límite a la presencia china en la región. Y lo hacen de distintas maneras: apelando, por ejemplo, a la noción del trabajo forzoso, todo el mundo entiende que está hablando de China, al plantear la necesidad de ponerle límite a la acción “distorsionadora” de empresas estatales.

Todo el mundo sabe que en China las empresas son privadas, pero todas tienen un componente estatal. De manera tal que aparece clara esta preocupación por la presencia china en la región.

El acuerdo aún no se terminó de definir, faltan puntos por decidir y por ahora solo se dio a conocer una parte de la letra chica ¿Cómo creés que será la totalidad del acuerdo?

La Argentina debe insertarse comercialmente en el mundo. Para multiplicar su capacidad exportadora, habrá que ceder en algunos puntos para avanzar en otros, poniendo énfasis en ciertas políticas y moderándolo en otras. Es crucial que el gobierno mida con rigor el impacto de cada acuerdo que cierre sobre los distintos sectores productivos del país. Aunque aún no se conocen las consecuencias completas del acuerdo marco con Estados Unidos, se escuchan opiniones que lo visualizan más como un convenio para facilitar importaciones estadounidenses hacia Argentina que como una restricción de importaciones de terceros países. Este punto merece un seguimiento a medida que se concreten los pasos.

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