
En el Congreso Nacional y en la Legislatura bonaerense se pelean hoy batallas clave. En ambos casos, la puja es por los recursos, pero en ambos casos, también, el telón de fondo son las elecciones que están cada vez más cerca.
Las filiales de La Libertad Avanza exhiben estrategias dispares para captar votantes. Mientras algunos dirigentes priorizan un discurso ultraconservador alineado con la “batalla cultural” de Milei, otros combinan liberalismo y vecinalismo para posicionarse en sus distritos.
POLÍTICA 01 de julio de 2025 Rodrigo LescanoSi uno se toma el desafío de “stalkear” las cuentas de Instagram de los referentes de La Libertad Avanza en el conurbano bonaerense, no sólo se sorprenderá del excesivo uso del color violeta y de la figura de Milei para ilustrar las publicaciones, sino también de lo diferentes que son los temas que cada filial decide comunicar a sus públicos.
Esto ocurre por las estrategias particulares que tiene cada espacio y referente para atraer a los electores de derecha y a los desencantados con la política tradicional. Cada uno forma parte de un ecléctico mapa donde se pone en juego lo aprendido en sus tradiciones políticas pasadas y se combinan, en diferentes medidas, declaraciones ultraderechistas con propuestas locales.
Paladines de la batalla cultural
Dentro del ecosistema libertario conurbanense, están quienes priorizan en su praxis política los postulados de la “batalla cultural” que encabeza el presidente Javier Milei. Este lugar lo ocupa principalmente La Libertad Avanza San Isidro la cual, a través de las bancas de sus concejalas, propagan discursos antigénero, antifeministas, antiderechos y negacionistas.
Las ediles María Feldtmann de Maurette y Debora Ruiz Zeballos han repudiado en el Honorable Concejo Deliberante (HCD) local que se lea en las escuelas bonaerenses el libro “Cometierra” y otros que forman parte del programa “Identidades bonaerenses” porque son “inadecuados para los menores de edad” y tienen “contenido de sexo explícito”.
Su cruzada contra la “ideología de género utilizada por sectores de izquierda para destruir nuestras condiciones naturales e innatas” es fuertemente acompañada por el reclamo de una “memoria completa” en relación a lo ocurrido durante la última dictadura militar.
Feldmann reivindica la figura de Carlos Sacheri, un intelectual del nacionalismo católico que fue asesinado por el ERP en 1974 y que promovió la doctrina de la contrarrevolución francesa, la justificación de la tortura como mal menor y la restauración de un orden social basado en principios medievales bajo la tutela de la Iglesia.
En San Miguel, la concejala libertaria Noelía Oxley sigue el ejemplo de las anteriores. Se define como provida y logró aprobar en el HCD de esta localidad un proyecto de sepultura para muertes perinatales con el argumento de que el niño en el vientre es un humano. Durante el conflicto universitario del año pasado, fue echada de una asamblea estudiantil y docente por estar filmando la misma. Considera que las universidades están “infestadas de socialismo”.
El vecino como prioridad
La ideología conservadora no tiene un lugar tan destacado en otras zonas. Dirigentes como Marcelo “de Ballester” Gil (San Martín), Eduardo Gianfrancesco (Escobar) y Juan Martín Tito (Pilar) se muestran en redes recorriendo los barrios populares de sus municipios. Mientras difunden operativos de Anses y Pami, reflejan denuncias de inseguridad que les llevan los vecinos.
Sus críticas apuntan principalmente a las gestiones municipales y provinciales. Gianfrancesco acusa a Sujarchuk de “gastar fortunas en marketing” y pide “menos relato, más gestión". Tito responsabiliza a las muertes por inseguridad a Kicillof quien “defiende a los delincuentes” y Gil visibiliza el abandono de los centros de jubilados.
Esta orientación no implica que dejen de lado los valores del espacio que pertenecen. En la cuenta de Gianfrancesco se pueden encontrar fotos con el ex presidente Menem y declaraciones contra el aborto. Por su parte, Tito se opone a las tomas de tierras en pos de defender la propiedad privada y el sanmartinense comparte fotos de Milei con Trump.
La excepción
Un caso particular es el de La Libertad Avanza Tigre. Sus concejales Juan José Cervetto y Diego Avancini mezclan un enaltecimiento de los valores patrios y “en defensa de la vida” con actividades que van desde visitas a embajadores a programas que invitan a la ciudadanía a conocer la labor legislativa del concejo deliberante.
Son escasas las denuncias a Kicillof por la inseguridad y nulas las críticas a la conducción del intendente Julio Zamora. Llama la atención que se los puede ver compartiendo actividades con ediles de los otros bloques.
“Desde nuestro lugar tenemos que ayudar para que el intendente tenga la gobernabilidad necesaria para que vaya creando mejores condiciones en lo que es la vida del vecino. Celebramos que podamos dialogar en el Concejo”, resaltó Cervetto para este medio, enfatizando que la clave no está en las disputas políticas, sino en atender a los tigrenses.
Adaptación y pragmatismo
Las presentaciones y orientaciones de los libertarios analizados demuestran que el espacio bonaerense de ultraderecha no es homogéneo. Las diferentes formas de hacer política tienen su base en la adaptación a la identidad política del municipio donde intervienen y sus militancias pasadas.
Provenientes de partidos conservadores, las concejalas de San Isidro y San Miguel “corren por derecha” a intendencias conducidas por el PRO para apropiarse de un electorado con ideales del orden, la tradición, la propiedad privada y la economía de mercado.
Por su parte, la intervención de los otros ediles está enfocada en votantes que eligen al peronismo local por sus gestiones. Al haber estado la gran mayoría en el Frente Renovador o en Juntos por el Cambio, adquirieron un pragmatismo que les permite mezclar un vecinalismo con liberalismo económico, conservadurismo y nacionalismo. De esta manera, pueden aprovechar la irrupción del fenómeno Milei para intentar acceder al poder ejecutivo municipal.
En el Congreso Nacional y en la Legislatura bonaerense se pelean hoy batallas clave. En ambos casos, la puja es por los recursos, pero en ambos casos, también, el telón de fondo son las elecciones que están cada vez más cerca.
La Argentina vive en estado de excepción y en la provincia de Buenos Aires empieza la temporada de los dolores de cabeza. La incógnita de qué ocurrirá con el presupuesto nacional se reproduce en territorio bonaerense con ingredientes propios. Una oposición que presiona y un oficialismo dividido cuyos antecedentes en la materia no auguran un panorama tranquilo.
Que el Tesoro de Estados Unidos haya bautizado a la Argentina como “aliado clave” en América Latina no constituye un elogio, sino una advertencia.
Mientras en el Instituto Cultural y el Teatro Argentino crecen las quejas de los trabajadores por el recorte de horas extras, la falta de materiales, cancelaciones y cambios inexplicables en las programaciones, Florencia Santout estaría destinando cuantiosos fondos estatales para intervenir en la política universitaria de la UNLP, a través de su organización, La Cámpora.
En la Legislatura bonaerense tuvo lugar ayer algo que hacía tiempo no ocurría y que a estas alturas ya es novedad: una sesión normal. Claro que se trata de una paz de circunstancias, porque los proyectos clave están en la otra cámara. Será el Senado, entonces, el escenario de las batallas complicadas.
En campaña, la política argentina convierte en gestos extraordinarios lo que son deberes básicos: presentar un presupuesto, no radicalizar discursos o aumentar partidas para educación y salud. Pero la reciente derrota legislativa del oficialismo, al no poder blindar los vetos presidenciales a las leyes de emergencia pediátrica y financiamiento universitario, mostró que el problema ya no es solo comunicacional: la “institución invisible” de la confianza, clave para sostener liderazgos y economías, comenzó a resquebrajarse. La democracia exige más que propaganda de lo obvio; exige resultados que fortalezcan credibilidad.