Cuando el termómetro político avisa: la abstención puede llegar desde el voto joven

En la política argentina, el voto joven siempre ha sido un termómetro de época. Fue motor de movilización con Néstor y Cristina Kirchner, y volvió a ser decisivo en 2023 con la irrupción libertaria. Hoy, las encuestas advierten que este electorado, menos polarizado y más volátil, podría convertirse en foco de abstención si la comunicación política no logra reconectar.

OPINIÓN PÚBLICA 19 de agosto de 2025 Rubén Zavi
TC6NZB45XVHNVDCME6ZERYY22A
Imagen: El País

En las presidenciales de 2023, el voto joven irrumpió con una potencia pocas veces vista. No era  la primera vez: durante el kirchnerismo, tanto con Néstor como con Cristina Fernández de  Kirchner, la juventud se convirtió en símbolo de militancia y compromiso, marcando el pulso de  la agenda pública. En aquel entonces, fue motor de expansión y defensa de políticas inclusivas. En 2023, con códigos y demandas distintas, volvió a demostrar su capacidad para cambiar el  tablero electoral. 

Pero las últimas mediciones advierten que ese capital político puede diluirse. La encuesta local en Ciudad de Mendoza muestra que, si bien los jóvenes de 18 a 30 años mantienen un peso  importante en espacios como La Libertad Avanza + Cambia Mendoza, también crece la opción  “Ninguno” y se diversifican las preferencias hacia otras fuerzas o alternativas no tradicionales.  Según datos de mi consultora, el 38% de quienes eligen “Ninguno” tiene entre 16 y 31 años, lo  que refuerza la alerta sobre el riesgo de abstención en este segmento clave. 

img31

A nivel nacional, el estudio de Vox Populi refleja que este grupo etario presenta un Índice DIPA  (polarización afectiva) más bajo que los mayores, junto con señales de enojo moderado y  fragmentación en temas clave. Además, un dato preocupante es que muchos jóvenes señalan el desconocimiento de los actores políticos como motivo para no involucrarse, lo que evidencia una brecha entre el sistema político y su capacidad para generar identificación en las nuevas  generaciones. 

El descreimiento no surge en el vacío: buena parte de estos jóvenes han crecido en democracia avanzada, pero han sido testigos de corrupción, aumento de la pobreza, políticos enriquecidos, procesados y encarcelados, junto a una marcada falta de empatía frente a problemas  ecológicos y laborales. A esto se suma un discurso de incivilidad que atraviesa a ambos lados  de la grieta, reforzando el cansancio y el desapego político. También pesan los cambios  recurrentes en los sistemas electorales y la ausencia de un calendario unificado, decisiones  tomadas más por conveniencias partidarias que por un criterio social o institucional, lo que  contribuye a una mayor desconexión ciudadana. 

La tendencia a la desafección electoral entre los jóvenes no solo se expresa en la opción “Ninguno” o en el desconocimiento de actores políticos, sino también en una visión más  pragmática —y menos institucionalista— de la democracia. Según una encuesta nacional de Creencias Sociales (Pulsar.UBA, junio 2025), el 40% de los jóvenes de 18 a 29 años cree que si un gobierno democrático no da soluciones debería ser reemplazado antes de terminar su mandato, un porcentaje mayor al de las franjas adultas. Este dato revela que, para una parte  importante de la juventud, la legitimidad del sistema se mide más por la capacidad de respuesta  que por la duración de los mandatos. Es una señal de alerta para la estabilidad institucional: si la  democracia no se traduce en soluciones concretas, corre el riesgo de perder su valor como marco  de convivencia, potenciando la abstención y el desapego hacia las reglas del juego. 

img34

El riesgo no es solo perder su voto, sino que decidan no votar. 

Y para evitarlo, los políticos deberían escuchar con atención qué preocupa realmente a este  sector. Diversos estudios internacionales y nacionales coinciden en que los temas que marcan su  agenda son: 

  • Empleo y calidad laboral: acceso al primer trabajo, programas de formación y oportunidades  reales para emprender. 
  • Salud mental: aumento de la ansiedad y depresión juvenil, y falta de políticas públicas que  acompañen. 
  • Educación superior pública: preocupación por la continuidad de universidades y becas frente a  recortes presupuestarios.
  • Vivienda: dificultades para alquilar o acceder a la primera casa. 
  • Cambio climático: interés alto en acciones concretas de transición energética y empleo verde. Economía digital: formalización de trabajos en plataformas y capacitación tecnológica. 

img37

No basta con incluir estos puntos en un discurso: deben convertirse en políticas visibles y medibles. La comunicación política efectiva con los jóvenes no es para improvisados: requiere el trabajo de expertos que entiendan cómo diseñar mensajes segmentados, construir narrativas creíbles y mantener una presencia constante en los canales que consume este electorado. No  se trata de aparecer solo en campaña, sino de sostener un vínculo que genere confianza y sentido  de representación. 

Este panorama abre preguntas de fondo: ¿estamos asistiendo a la ruptura del contrato social que describía Jean-Jacques Rousseau, basado en el consentimiento de los gobernados? ¿Qué rol tendrá la democracia en unos años si la desafección se profundiza? Lo cierto es que esta  tendencia ya convive con un sistema de partidos roto, fragmentado y con dificultades para  sostener proyectos colectivos duraderos, algo que he señalado en análisis anteriores.

El voto joven no es solo un número en las encuestas: es un termómetro social que anticipa cambios de ciclo. Ignorar sus señales puede transformarlo de motor electoral en epicentro de  una ola de abstención silenciosa, con impacto directo en el resultado de las próximas urnas.

Te puede interesar
opinion-publica (1)

No todo está arreglado

Rubén Zavi
OPINIÓN PÚBLICA 11 de agosto de 2025

Desde que la política es política —desde que el poder se organiza, se disputa y se ejerce— los gobernantes buscaron formas de medir el humor social. En el pasado, lo hacían a través de intuiciones, rumores de pasillo o el contacto directo con su entorno inmediato. Pero hoy contamos con algo mucho más preciso: las encuestas de opinión pública.

diego-valenzuela-nahuel-sotelo-guillermo-XZISAEOM7FFDXPPNGSBVNPCGT4

Conversación digital: la polarización y polémicas detrás del cierre de listas en PBA

OPINIÓN PÚBLICA 27 de julio de 2025

El cierre de listas para las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, ocurrido el último fin de semana, generó una intensa conversación en las redes sociales. Las decisiones tomadas por los partidos en la definición de candidaturas, las alianzas consolidadas y los referentes políticos que finalmente quedaron adentro y afuera de la competencia se convirtieron en temas centrales de discusión digital.

Portada PoliticAR

Fernando Gray está entre los 3 intendentes con mejor imagen en el Gran Buenos Aires

OPINIÓN PÚBLICA 16 de julio de 2025

Un reciente ranking de personalidades de la política argentina elaborado por CB Consultora Opinión Pública en julio de 2025, brinda un termómetro acerca de la percepción de la imagen positiva y negativa de los intendentes del GBA. Desde la gestión de obras hasta la cercanía con los vecinos, es clave comprender cuál es el clima de opinión acerca de la gestión en este territorio.

REDES-ADOLESCENTES-def-rotated

“Amor Tóxico”: La Frase que Define la Relación de los Jóvenes con las Redes Sociales

OPINIÓN PÚBLICA 11 de julio de 2025

Un estudio reciente realizado por Reyes-Filadoro y Enter Comunicación expone la compleja y en muchos casos, dañina relación, que los jóvenes argentinos mantienen con las redes sociales. La investigación, titulada "Amor tóxico: la relación de los jóvenes con las redes", revela que, si bien estas plataformas son fundamentales para la socialización y el acceso a la información, también generan adicción, ansiedad y un profundo sentimiento de descontento entre los usuarios de 18 a 35 años.