
La esencia del peronismo es la doctrina. Pero, también, la amplitud. Esa combinación lo llevó, históricamente, a pujas intrínsecas producto de un mandato que lleva tatuado el movimiento popular nacional, que no es otro que la conducción política del espacio. Mayormente a los empujones, la filosofía política fundada por Juan Domingo Perón desarrolla un torbellino de falso caos antes de encontrar el embudo que lo catapulte a ser competitivo.