Un caldo de cultivo

La Corte Suprema apretó el acelerador y decidió que Cristina Kirchner no pueda participar de las próximas elecciones. La voluntad cortesana desató un proceso tan potente como repetido a lo largo de la historia del peronismo: orden y unidad. Resta por ver en qué medida y cuánto de ese colectivo unificado dará lugar a Axel Kicillof.

13 de junio de 2025Andrés MiquelAndrés Miquel
FOTO CALDO DE CULTIVO

Es difícil dilucidar cuanto de estrategia hay detrás del fallo de la Corte Suprema de Justicia contra Cristina Fernández de Kirchner. Lo seguro es que los macristrados, perdón, magistrados que decidieron convalidar un proceso judicial fervientemente contaminado por deseos políticos, activaron la fibra medular del peronismo.

No se trata de una palabra. Tampoco de una consigna o una expresión. La voluntad de la Corte activó un sistema de defensa natural ante la ofensiva desaparicionista. Se compone de solidaridad, empatía, lealtad, fuerza y programa. Por eso, de un día para el otro, en una misma mesa estuvieron Máximo Kirchner, Sergio Massa, Juan Grabois, Guillermo Moreno, Ricardo Quintela o, más tarde, en un stream, Anabel Fernández Sagasti, Carlos Bianco y Emilio Pérsico.

Se despertó la Fe y la épica. Afloraron los sentimientos sanguíneos del movimiento justicialista. Llevaron el escenario a una ebullición inimaginable hace una semana y rociaron de resistencia el discurso y acción del justicialismo. El mandato impreso con letra de molde que indica “Primero la Patria, segundo el Movimiento y último los hombres” flameó entre cada acto de los hombres y mujeres de la primera línea dirigencial durante las últimas 48 horas.

La aplicación intempestiva de esta premisa quiebra la matriz de pensamiento en quienes son ajenos al sentimiento peronista. La frase es repetida, pero entenderlo desde afuera es como evaluar al hincha de Boca. Si hasta hace unos minutos algunos añoraban una Cristina debilitada y fuera de la ecuación decisiva en la provincia, para no tener a La Cámpora digitando la lista, ¿por qué salen a los gritos a defender a CFK? El peronismo funciona así. El ataque tiene un arco de tolerancia si es interno. Si es externo, habrá reacción.

Posiblemente, los recelos siguen vigentes. Difícil saber si habrá una remake del internismo electoral vigente, aunque se respira un clima de segundo capítulo tras no ver a Axel Kicillof en la reunión del PJ. La no-invitación con excusa protocolar asoma como un aperitivo difícil de digerir de cara a la cena del 7 de septiembre, fecha que aparenta inalterable para la elección de representantes provinciales.

A pesar de los llamados telefónicos y el esperado encuentro personal entre CFK y Kicillof, el gobernador no fue parte de la foto del peronismo unido. La decisión política fue que no esté. Tanto de quienes no lo sumaron como del propio ex ministro de Economía que no entró por la puerta de la calle Matheu. Porque el peronismo tiene tradiciones, pero pocos protocolos. Respeta las jerarquías y la historia, pero rara vez toca la puerta para participar de una reunión donde espera tener decisiones de peso. El peronismo juega.

Lo seguro, es que la foto de la unidad no contó con quienes tienen más votos en la provincia de Buenos Aires, ya sea juntos o separados. Cristina continúa esperando resoluciones de parte del Liverpool, el equipo de fútbol que comparten el fiscal Luciani y el juez Rodríguez Uriburu y que disfrutó tardes deportivas en la quinta del ex presidente Mauricio Macri. Y, por otro lado, Kicillof aspira a ser convocado. Aparentemente, en las próximas horas iría junto a un comando de intendentes.

La ratificación del juicio que pasó por las manos de Julián “lago Escondido” Ercolini, la familia Mahiques, que también tuvo representantes en aquella reunión en el sur del país organizada por el Grupo Clarín, y el ávido jugador de paddle, Mariano Borinsky, chocó de lleno contra el abroquelamiento de la mayoría dirigencial del peronismo. Y, al momento, pasó menos de una semana.

Seguramente hay diferencias con Kicillof. Se notaron el mismo el mismo día en que se conoció la resolución de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. El gobernador pasó por el PJ previo el discurso de la ex presidenta pero no se quedó mucho tiempo. Estuvo apenas unos 15 o 20 minutos y salió a encontrarse con parte de su gabinete. Más allá de la tirantéz actual, el enmarañado mundo de la política presume un ordenamiento positivo para el peronismo.

Los propios lo repiten. Los ajenos temen. Y también lo vislumbran. Cerca del senador radical Maximiliano Abad, quien no emitió pronunciamiento sobre el fallo en claro antagonismo con el titular del Comité Provincia, Martín Lousteau, aseguran que en el corto plazo el peronismo arribará todo junto a las elecciones.

“Esto los ordena”, dicen. Abad mantuvo silencio respecto al fallo de la Corte. Lousteau, en cambio, sentó una postura: “Habló la máxima instancia de la justicia de nuestro país: la CSJN. Rechazó el recurso y dejó firme la culpabilidad. Los fallos se respetan”. Y, desde las filas de Facundo Manes, optaron por la misma senda del líder de Evolución, lo que para algunos integrantes del colectivo “los de la política”, lo vuelve un impredecible y poco confiable actor.

De cara a este miércoles, el peronismo apela a dar una demostración de su musculatura en clara sintonía con su nacimiento: una movilización masiva. Ungido de un 17 de octubre, pretende un 18 de junio legendario. Lo necesita. Precisa desvanecer su última experiencia en el comando del país que falleció en 2023. Requiere salir del opaco lugar antecesor a Javier Milei.

El punto actual presume esta nueva instancia bíblica. La impronta judicial por encarcelar a Cristina Kirchner amalgamó la raigambre movimentista de los principales dirigentes del peronismo. De ahora en más, resta ver cómo construir esa hegemonía en la calle de cara a las urnas. Queda poco tiempo para dilucidar si el resultado de este proceso es conducente a la victoria y de qué manera incluye a un desafiante Kicillof.

El detalle de color no deja de ser el post caos. En el programa de stream conducido por Tomás Rebord, Bianco, Moreno, Pérsico, Quintela y Fernández Sagasti compartieron una mesa. Mucha seriedad y mucha risa. Muchas flores. Mucha sintonía fina. Huele a caldo de cultivo para un festejo. A no ganar antes de tiempo.

Como posdata, no deja de flotar en el aire una jugada a doble banda del macrismo. ¿Cuánto de este fallo está destinado a CFK y cuándo a Milei? ¿Cuán peligroso es para el Presidente $LIBRA que los hilos del fuhrer del Correo toquen una marcha fúnebre para su gobierno? Lo seguro, al momento, es que le gestó una enorme piedra en el zapato pide por la libertad y posibilidad de elegir a sus principal líder. No es poco.