Se acabó el "Ni"
Tal como este medio adelantó la semana pasada, el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires cobra forma. Los roces internos del peronismo bonaerense migraron hacia golpes que dejan moretones y hoy los pases de facturas están sobrecargados de impuestos. Pero, como todo en la política argentina, el desenlace sigue abierto.
28 de marzo de 2025 Andres Miquel
A principios de 2024, Javier Milei envió la histórica ley ómnibus al Congreso de la Nación. Aquella versión original de la Ley Bases tenía entre sus filas la reforma electoral. Desde modificaciones al sistema financiamiento a distribución de electores y representantes, el gobierno libertario iba a fondo. En aquel entonces, en una conversación con un viejo dirigente peronista involucrado en los cierres de listas y ávido “especialista” en conocer los vericuetos de las leyes electorales dijo: “El que quiere cambiar las reglas de una elección es porque cree que le conviene”.
La conveniencia es, a fin de cuentas, una definición más agreste para lo que se cocina detrás del telón, que no es otra cosa que la estrategia. Ese ‘por dónde ir’ que cualquier dirigente político con vocación de triunfo debe dilucidar. Ese sendero incluye un mensaje que seduzca y un equipo que trabaje de forma aceitada. Y, también, tener la espalda sólida para hacer valer sus intenciones en la mesa de negociación donde le toque plantearlas.
En el peronismo bonaerense, las dos sillas iniciales que aglutinaban todo el mazo de cartas para definir una estrategia se convirtieron en tres. Cristina Kirchner y Sergio Massa tuvieron que sumar a Axel Kicillof. El “queremos tener la lapicera” que se repitió en Calle 6 magulló el blindaje del dúo que controló de manera casi hegemónica el armado de las listas en las últimas elecciones.
De forma artesanal, Kicillof puso su banquito hecho en la carpintería de la Gobernación en la mesa de decisiones.
En una ocasión, un dirigente que estuvo vinculado a los inicios de La Cámpora y de la JP provincial que lideró José Ottavis, dijo que Kicillof “es un enorme cuadro, pero es de los dirigentes más ‘ni’ que hay”. No es el único que puso en tela de juicio las características del liderazgo del gobernador, su certeza a la hora de tomar decisiones y las probabilidades de recular ante un escenario adverso.
Bueno, aparentemente, algo cambió. Desde el momento en que Kicillof mantuvo su intención de reelegir al frente de la provincia de Buenos Aires y no ser candidato a presidente en 2023, y luego sostuvo a Verónica Magario como su compañera de fórmula ante las presiones del cristinismo de buscar otra opción, aquel posible ‘ni’ comenzó a desdibujarse. Ese viraje sembró fastidio. El fastidió mutó a enojo. Y hoy, cuando la intención del gobernador es suspender las PASO provinciales y desdoblar la elección, encontró una barrera en el proyecto que presentó Teresa García.
La senadora sanisidrense, de fluido diálogo con Cristina, fue la portavoz de la postura más pública que privada de la ex presidente y actual titular del PJ Nacional. A fines del año pasado, en Moreno, CFK dio sus motivos para estar en contra de separar los comicios de la provincia de los nacionales. Entre otras cosas, subrayó que la animosidad mediática condicionará la lectura sobre la gestión de Kicillof. Citó la chance de que los medios de comunicación se instalen en La Matanza contando minuto a minuto cuantos crímenes se producen.
Efectivamente, eso ya sucede y sin desdoblamiento. La seguridad es un motor de contenido para los principales operadores mediáticos que responden al Gobierno nacional y un discurso repetido en, por ejemplo, José Luis Espert. El actual diputado nacional, titular de la Comisión de Presupuesto, que no pudo hacer un cálculo matemático básico en su última entrevista y, aparentemente, fue hackeado a la hora de promocionar una nueva criptomoneda estafadora, habla constantemente de un “baño de sangre” en la provincia de Buenos Aires.
Con insultos a Kicillof, Espert contradice todos los datos oficiales sobre homicidios dolosos en territorio bonaerense. El indicador cae año a año desde que asumió el peronismo tras la gestión de María Eugenia Vidal. Para ser claros, cae desde 2015. Sigue siendo alto, porque hay un promedio de dos asesinatos por día entre los 17 millones de habitantes que tiene la provincia. Pero los datos del Poder Judicial son claros en cómo decrece este delito.
Después hay otro motivo que gira en torno a desacoplar los comicios. ¿Cuánto tardará en votar cada ciudadano en una elección concurrente? Es decir, cuánto tiempo debe destinar a pasar por la mesa que tendrá la boleta única en papel para la Nación y por la típica boleta sábana en el orden provincial. Dos filas, más tiempo. Eso lleva a diseñar un esquema de concientización con pocos meses previos. “Es un quilombo”, dice un intendente del sur bonaerense que conoce los pasillos de la Legislatura de memoria.
Así las cosas, el análisis vuelve a la cuestión de la conveniencia. O de la estrategia. En Movimiento Derecho al Futuro, la reciente escudería que lanzó el kicillofismo, la lectura es a favor del desdoblamiento. Incluso, ya es público lo que adelantó este medio la semana pasada y fue confirmado en una reciente entrevista por Gustavo Pulti, legislador marplatense que comulga con el gobernador.
Para este espacio, anclar la discusión en el devenir bonaerense permite a los intendentes tener herramientas más específicas para validar su gestión y traccionar votantes hacia listas de diputados y senadores provinciales que, precisamente, serían dirigentes conocidos en la región. Se evita, argumentan, la distancia con un candidato nacional que no puede ser del todo conocido o ya acumula un rechazo insalvable.
De esta manera, no tienen que ingresar en el torbellino de la disputa nacional donde, más allá de la prominente caída en la imagen de Milei, sigue vigente en muchos municipios, un reparo con el kirchnerismo. Principalmente en el interior, donde a fuerza de dirigentes menos tajantes en sus discursos, Unión por la Patria amplió la cantidad de distritos que gobierna en la última elección. Pasó de 71 a 84, a pesar del cierre que tuvo el Frente de Todos.
Por el lado del massismo, hay mayor apego a la visión de Kicillof, pero la senadora Sofía Vanelli del Frente Renovador acompañó el proyecto de García. Hoy hay más dudas que certezas. Además, días atrás, Susana González, diputada que responde a Mario Secco de Ensenada y milita en el kicillofismo, cosechó el apoyo de los renovadores y cristinistas. En el texto de González, las PASO se suspenden por única vez y se expone las reglas del calendario electoral para 2025 pero sin fecha confirmada.
Desde las filas de La Cámpora, apuntan a la necesidad de mantener unidas las elecciones. Entonces, presentaron una iniciativa donde se suspenden las PASO, pero se fija por la ley la fecha de las elecciones, una atribución que históricamente es del gobernador de la provincia. Hay una convicción, ante todo, de dar una sola batalla contra Javier Milei, tal como se pronunció públicamente Facundo Tignanelli, diputado que responde a Máximo Kirchner. A su vez, en este grupo no hay expectativa de que los intendentes “jueguen fuerte” en una elección nacional “si no se juegan la suya”.
En este contexto, la sesión del jueves 27 en la Cámara de Diputados no tuvo novedades ni dificultades. El tema sobrevoló los pasillos, pero no más que eso. Lo que quedó sobre la mesa es el enojo. Dirigentes de Movimiento Derecho al Futuro hablaron de una “ruptura” promocionada por el cristinismo tras el proyecto de García.
Sucede que el último domingo, hubo una reunión en La Plata entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Es real, según pudo reconstruir este medio, que el encuentro fue “cordial”. Con esa misma cordialidad, cada una de las partes mantuvo su posición.
“Axel habla de tener ocho elecciones, es una locura”, cuenta una fuente del team CFK conocedora del devenir de esa reunión. Hace referencia al conflictivo desdoblamiento y la perspectiva de tener una estrategia puntual para cada sección electoral. Esta premisa sobrevuela en Gobernación, donde visualizan que cada región bonaerense amerita un abordaje discursivo identitario preciso y no con ‘todos contra Milei’.
¿Y el resto de las fuerzas políticas? El radicalismo apoya a Kicillof. Los 27 intendentes de la UCR entregaron una carta al gobernador pidiendo la suspensión de las PASO y el desdoblamiento. Cerca de Maximiliano Abad, senador nacional y aún presidente del Comité Provincia, desmintieron que haya sido de común acuerdo con el oficialismo provincial
“Nuestra postura fue siempre la misma, y la hicimos pública, y es que Axel defina el desdoblamiento y nosotros apoyaremos la suspensión de las PASO”, asegura una voz cercana a Abad.
De la otra vereda boinablanca, un legislador referenciado con Facundo Manes y Martín Lousteau también cree que el desdoblamiento es la mejor opción. “Pero ahora hay poco tiempo, hay que sumar escuelas, más logística, y no veo que alcancen los meses porque ya estamos entrando a abril”, asegura.
En el bloque Unión Renovación y Fe que lidera Gustavo Cuervo, la afinidad por el desacople está firme. Pero no hablan de un apoyo a cualquier costo y aclaran que “nos sentimos muy discriminados en las propuestas que pusimos sobre la mesa”.
El PRO y La Libertad Avanza continúan en una danza que combina abrazos y empujones. Incluso, no faltó la voz que puso en duda qué tan vigente está la postura de Agustín Romo, titular de la bancada de LLA, en suspender las PASO. ¿Por qué? Porque con el macrismo mordiéndole los tobillos no sería una mala estrategia dirimir las listas en una primaria.
Con todo, las PASO tiene todos los boletos para que se caigan. ¿Y el desdoblamiento? Parece cada vez más claro y ahí se verá cómo se conforma cada espacio. Lo claro es que Kicillof va a desdoblar.