El mercado nacional de autopartes
En una economía inestable como la Argentina, el sector de las autopartes, como otros mercados, tiene fluctuaciones. Más allá de ser productos argentinos, las autopartes nacionales aumentan cuando sube el dólar, principalmente porque muchos de sus componentes son importados.
19 de noviembre de 2025
Guillermo Algan
Algo parecido sucede con el acero, cuyo precio se rige por cotizaciones internacionales que están fuertemente ligadas a la moneda norteamericana. Esto afecta no sólo el precio de los repuestos sino también, y es muy importante, el precio de los vehículos ensamblados acá. El tipo de cambio también dificulta las exportaciones y la competitividad regional.
Pero ese no es el único inconveniente que tiene el sector. El mercado retraído con precios a la baja, la apertura de importaciones, la falta de controles y el crecimiento del parque eléctrico internacional, son alguno de los problemas que hay que solucionar.
Veámoslos individualmente.
Precios a la baja
La mayor cantidad de piezas que hoy se pueden recuperar de los autos usados dados de baja, además de promover un mercado cuando menos dudoso, impulsan un declive de precios. Eso, que a priori podría ser visto por el consumidor como algo positivo, en el mediano plazo puede ser nocivo para la industria toda que perderá en cantidad y calidad de ofertas.
La apertura de importaciones
La apertura de importaciones con baja de aranceles perjudica la producción local. Si bien es cierto que es bueno que Argentina se abra al mundo y compita, esto no debería hacerse de modo brusco. Debería buscarse un programa de transición que no perjudique a ninguna de las partes.
La falta de controles
Al haber menos controles en la fabricación de autopartes, eso ayuda al mercado informal y perjudica al formal. Esto, que en otro rubro podría ser secundario, en nuestro caso es muy importante porque puede afectar la seguridad del mundo automotriz.
El crecimiento del parque eléctrico internacional
La industria automotriz tradicional está siendo afectada significativamente por este fenómeno a nivel global, que la obliga a una transformación masiva que incluye la inversión en nuevos modelos, el cambio en las cadenas de suministro y la competencia con fabricantes tecnológicos.
Argentina, con matices no está exenta de ese cambio. Sin perjuicio de ello, pareciera que vamos a ser uno de los últimos bastiones de vehículos de combustión interna por extensión geográfica.
Habría que aprovechar esa ventana en el tiempo, para hacer los cambios que se necesitan y que el sector crezca.

